subimos el Mombacho y dimos un paseíto por unoo de los cráteres.El paisaje era bonito y vimos fumarolas y las isletas de Granada, pero Luis Manuel se quejó de que no había animales.
Y anteayer domingo nos fuimos a visitar el proyecto de Aguas Agrias con Rosalba, Yara, Bernarda, Daniel, Chacal y Andi. Tuvimos un guía que nos contó también cómo surgió su cooperativa y acabamos en una especie de piscina. Todavía tenemos que ver el recorrido equivalente por la zona, aunque ya tenemos analizado el tema de las cascadas. Nunca descansamos.
También fuimos un día a Masaya: aprovechando una cita con la abogada del bufete nos acercamos también al mercado, para comprobar si era recomendable la visita para la compra de artesanía. Y hasta compramos y todo para hacer la prueba más real. Y otro día nos acercamos a La Zorra y la Bernardino, pues Chayo no quería irse sin pasar por allá. Estuvimos con Juana y también con mi familia, que me reconocieron en seguida después de 13 años. Fue solo un ratito en cada comunidad, pero ya he quedado con doña María y don Justino que pasaré un día allá más tranquilamente.
Y Chayo aumentó en otros dos los intentos de conocer Granada a lo largo de sus numerosos viajes: el lunes se nos fastidió por culpa de Chutín, que no se llegó a reunir con nosotras y el miércoles nos entretuvimos demasiado tiempo en Masaya. Esta semana, última oportunidad. Aunque tampoco parece tan complicado, ¿no? Sólo está a 20 kms.
Por eso el sábado, para compensar de tanto trabajo, participamos en el acontecimiento social de la temporada: los 15 años de las mellizas Karina y Karen del Jabillo. Fue una fiesta por todo lo alto y siento desilusionaros, pero Chayo se lo paso pipa: empezó de fotógrafa; luego no paraba de saludar a gente, entre trozo y trozo de tortilla de patatas (muy buena, hecha por la hermana de Lolo, madre de las mellizas). Y hasta bailó y bebió guaro. Nos fuimos pronto, a las 12, porque pensábamos que luego nos quedábamos sin transporte, pero al día siguiente Marvin nos dijo que nos estuvo buscando para que le lleváramos el coche (y a él dentro), porque no andaba en condiciones de manejarlo. La vuelta fue con la luna llena iluminando los paisajes.
2 comentarios:
No es por ná, pero no sólo has perdido un cocinero, sino un fotógrafo. Yo te sacaba más guapa. Me encanta que todo vaya tan bien.He leido el informe de Rubén. Me ha gustado. Ya le contestaré. Dale besos. Para tí, más.
Alucinada me he quedado con esas celebraciones en el Jabillo, madre que rosa todo!
Te echaremos de menos en la asamblea. Intentaremos llamarte.
Muchos besos.
Mariajo
Publicar un comentario