miércoles, 23 de julio de 2008

DIA 13 DE JULIO

Salimos en nuestro auto con Marvin y Larry en sus motos, hacia el encierro. Yo voy con mi camiseta de kukuxumusu del encierro. En el camino mucha gente se dirige hacia allá (a caballo). La gente espera en el recorrido. Una charanga toca en un local. Nos sumamos a ellos, primero bailando
y luego, Sara, tocando el tambor.
(Mientras esperamos a los toros unos chicos intentan subir el “palo lucio” o cucaña. Un experto lo consigue).
Nos tomamos unas cervezas y crece la expectación. Por fin aparecen los toros rodeados de gente (a caballo). Apenas se les ve entre el gentío.
Volvemos al centro y nos encontramos a un amigo (Roger, previsible futuro alcalde) que nos invita a beber algo. Sara se une a otra charanga (gracias a mis buenos oficios) y Alicia y yo nos vamos detrás. Nos encontramos a otras amigas (Algeris y sus hermanas) que nos invitan a comer a su casa. Allá que nos vamos. Descansamos un poco y luego bailamos mientras se pasa la lluvia. Vuelta a casa.

No, no me escapé a los Sanfermines, son las fiestas de Nandaime, que continúan hasta el 2 de agosto (entre paréntesis lo que no coincide). Seguiremos contando.

sábado, 19 de julio de 2008

VACACIONES II

El viaje a Solentiname es de unas tres horas y bonito, porque las islas desde el mar son muy verdes y en muchas zonas parecen vírgenes.

Llegamos a la isla más grande, Mancarrón, nos encontramos con un pequeño “bosque encantado”

y nos quedamos en un hotelito limpio y barato, El buen amigo. Una vez instaladas nos dimos una vuelta por los alrededores, vimos oropéndolas y sus nidos

y volvimos para cenar, dentro del tiempo de dos horas al día que tienen el generador encendido.

El miércoles nos fuimos en busca de un mirador del que nos habían hablado, pero no lo encontramos, aunque el camino de selva

valió la pena y sí que vimos un cementerio.

Compramos algo de artesanía, visitamos la iglesia de Ernesto Cardenal

y nos fuimos a por el siguiente barco, que habíamos contratado el día anterior.

En San Carlos decidimos comer donde habíamos desayunado el día anterior, pero no tenían pescado. Así que nos comimos un pollo bastante bueno y sin tantos apuros de tiempo. Luego, vuelta a la embarcación de turno, esta vez rumbo a El Castillo. Llegamos, buscamos alojamiento, en competencia con unas gringas, y nos quedamos en un sitio encima del río. Como andábamos mal de dinero y no había cajeros nos fuimos al sitio donde se podía pagar con tarjeta.

Paseamos un poco y en el hotel nos hicimos un poco de lío con las habitaciones y las camas, con sorteo incluido.

El jueves nos cambiamos de hotel (al que tenía Visa), después de que Sara y Alicia hicieran un poco de yoga,

y nos pasamos el día calle arriba, calle abajo,

con alguna variación: la fortaleza,

con la guía que habíamos conocido el día anterior en el barco,

el cementerio (que tenía los restos de una enorme Ceiba incendiada recientemente), las oficinas del proyecto Araucaria, de la AECI.

El jueves nos cambiamos de hotel (al que tenía Visa), después de que Sara y Alicia hicieran un poco de yoga terior en el barco,

el cementerio (que tenía los restos de una enorme Ceiba incendiada recientemente), las oficinas del proyecto Araucaria, de la AECI.

El caso es que nos organizamos bastante mal: salimos tarde, nos perdimos las visitas guiadas, llegamos a la fortaleza justo cuando cerraban y volvimos cuando hacía bastante calor; nos pasamos vigilando una casa de Araucaria donde nos habían dicho que había internet, que resultó ser la casa de los trabajadores, mientras que internet lo tenían en las oficinas donde nos pasamos un rato descansando sin preguntar si era allí. Yo decidí no arriesgarme más y quedarme en la terracita del hotel en una hamaca, leyendo con mi zumo de piña natural y mirando el paisaje, mientras las chicas se iban a pasear. Además, el sitio elegido para cenar estaba cerrado. Pero, para compensar encontramos un sitio muy agradable y con comida rica (aunque a Alicia le sentaron mal los camarones, pero por cuestiones personales de alergia).

El viernes teníamos un ratito antes de agarrar la lancha rápida y esta vez ya teníamos contratada la visita guiada sobre plantas medicinales y pájaros. Estuvimos cerca de tres horas de plácido e instructivo paseo con una amable e informado guía (aunque en la foto lo que observamos es nuestro conocido y querido Malinche).

Y no nos llovió hasta la hora de agarrar la lancha rápida, que al final no nos resultó tan rápida (sólo media hora de diferencia con la anterior) porque se quedaba media hora parada al poco de salir. Pero aprovechamos para charlar con un holandés muy majo que nos contó (entre el estruendo del motor) que tenía un programa con su compañero (un nica muy mono, pero creído), Aventados, en la tele, con el que recorrían Nicaragua en rai (a dedo), recogiendo información sobre leyendas y lugares diversos.

De vuelta en San Carlos, volvimos a nuestro comedor favorito, donde esta vez sí que tenían pescado, pero nos lo tuvimos que comer rapidito, porque íbamos con pooooco tiempo.

Agarramos el ferry (según la guía de El Castillo; según nuestra guía de papel era un carguero) y pasamos una entretenida noche, Sara haciendo yoga ante la mirada curiosa de la tripulación,

luego cenando ibérico;

para terminar admirando cómo entre Sara y otro señor duchaban a los pasajeros, al intentar aliviar las bolsas de agua del techo (a una señora dormidísima en su cama la despertaron entre las risas del resto de la gente, nosotras incluidas; menudo susto se pegó la pobre).

Por último entre la tormenta lejana y el bamboleo de las hamacas.

Al llegar a Granada desestimamos la idea de quedarnos a pasear por allá (eran las 4 de la mañana) y llamamos a Luis para que adelantara nuestra recogida.

Y vuelta a casa, donde nos encontramos que el puente estaba ya así:


martes, 15 de julio de 2008

SEMANA 18 Y COMIENZO DE VACACIONES

La semana 18 me reincorporé al trabajo, siguiendo con la presión a la alcaldía para que empezaran su trabajo y el miércoles a la noche llegaron Sara y Alicia. La semana siguió con la programación de su estancia, reunión en la alcaldía, envío de información, visita a las familias de las recién llegadas y el fin de semana estuvimos bailando el sábado en Managua con Bernarda y su primo Domingo.
Y el domingo estuvimos en Masaya y alrededores.

El puente avanza rápidamente otra vez.

La semana siguiente nos fuimos el lunes de vacaciones. En el barco me informan de que la alcaldía está empezando a hacer su trabajo, aunque surge un problema de precios que tenemos que solucionar por teléfono. A continuación copio el diario de vacaciones de Sara:

LUNES 7

Salida en carro con Luis Manuel como chofer, de la Zona a las 11 de la mañana. Dejamos a Rubén atrás (porque llega más tarde y nosotras salimos antes de lo previsto). En Granada sacamos los boletos a S. Carlos, después aprovechamos para pequeñas compras y recaditos de última hora (por el mercado, peluquería, etc.).

Corre que te corre nos disponemos a agarrar el barco a las 2 (pensamos que lo perdíamos). Subimos a la planta alta –clase preferente- y amarramos hamacas para después deleitarnos con un buen embutido de la Chayito. Digamos que montamos el campamento en medio, y nos perfumamos con vinagre blanco para ahuyentar zancudos (y demás bestias…).

Pláticas, risas, conocer a otras/os chelas/es… así pasamos las horas en el barco, disfrutando de las vistas que nos brindaba la travesía por el lago Cocibolca.

Paradas en Ometepe (Mollogalpa), Morrito, S. Miguelito, etc. Cada vez se notaba más la presencia de los zancudos.

Bajo la luz de la luna y las estrellas pasamos una noche fresquita (algunas pasaron más frío que otras, es decir, pasaron bastante frío).

MARTES 8

Llegada a S. Carlos a las 5:30 de la mañanita. Y nos ponemos a tono con un café calentito.

Tras el cafecito cerca del puerto, pues había que ponerse a tono después de la nochecita fresquita. Eran las 5.30 de la mañana y nos disponemos a explorar San Carlos, después de habernos informado de que hasta la 1 de la tarde no saldría el colectivo para Solentiname, y de que Alicia (nuestra negociadora oficial) nos hubiese encontrado una lanchita de regreso para el día siguiente. En las horas que pasamos allí, visitamos: un mirador,

una panadería a la cual nos condujo el olor que se extendía por las calles en nuestra búsqueda de un lugar para desayunar; un centro cívico puesto en marcha por el gobierno de Euskadi, con información sobre la historia del Río San Juan (más centrada en las conquistas española y los piratas ingleses que en sus pobladores originarios), desde lo alto del mismo se podía contemplar una hermosa panorámica del río y su unión con el lago (allá pasamos largo rato meditando, echando la siesta…); un restaurante cerca del muelle donde tardaron siglos en servirnos la comida y pensábamos que perdíamos el barco (eso sí, eran unos platos de comida suculenta y cocinada con mucho amor, pero para comer tranquilamente…).

Tomamos la lancha colectiva que viajaba al archipiélago de Solentiname

miércoles, 2 de julio de 2008

SEMANAS 16 Y 17

La semana 16 acabé cansada de viajes y reuniones, de manera que el fin de semana terminé con gripe, que me tuvo toda la semana pasada en la cama. Entre las reuniones estuvieron las visitas a los bancos, con Rosalba que acabó también bastante harta, y sus hijas, que alguna vez nos acompañaron.
Ahora ya estoy recuperada y esperando a Sara y Alicia, que llegan esta noche. Tenemos por delante un mes para irnos de vacaciones, ir a bailar a Managua y salir en fiestas de Nandaime (a cambio de los sanfermines; aunque parece ser que también hay toros por aquí). Luego yo me quedaré unos quince días, más o menos, y luego vendrá el relevo.
Y el puente sigue hacia arriba. Ya han montado la viga de lanzamiento, que tanto costó que entrara en el país y, aunque las previsiones de la obra llegan hasta finales de septiembre, parece que van a intentar recuperar parte del atraso. La alcaldía siguen sin empezar…