martes, 22 de abril de 2008

Siguiente semana

A pesar de lo ocupadas que estamos, Chayo y yo hemos sacrificado gran parte de nuestro tiempo libre en el proyecto “Conocimiento de los recursos turísticos de la Zona Sur de Nandaime”. Haciendo un gran esfuerzo (sobre todo Chayo, que fue a pie), el domingo de hace dos semanas

subimos el Mombacho y dimos un paseíto por unoo de los cráteres.El paisaje era bonito y vimos fumarolas y las isletas de Granada, pero Luis Manuel se quejó de que no había animales.

Y anteayer domingo nos fuimos a visitar el proyecto de Aguas Agrias con Rosalba, Yara, Bernarda, Daniel, Chacal y Andi. Tuvimos un guía que nos contó también cómo surgió su cooperativa y acabamos en una especie de piscina. Todavía tenemos que ver el recorrido equivalente por la zona, aunque ya tenemos analizado el tema de las cascadas. Nunca descansamos.

También fuimos un día a Masaya: aprovechando una cita con la abogada del bufete nos acercamos también al mercado, para comprobar si era recomendable la visita para la compra de artesanía. Y hasta compramos y todo para hacer la prueba más real. Y otro día nos acercamos a La Zorra y la Bernardino, pues Chayo no quería irse sin pasar por allá. Estuvimos con Juana y también con mi familia, que me reconocieron en seguida después de 13 años. Fue solo un ratito en cada comunidad, pero ya he quedado con doña María y don Justino que pasaré un día allá más tranquilamente.

Y Chayo aumentó en otros dos los intentos de conocer Granada a lo largo de sus numerosos viajes: el lunes se nos fastidió por culpa de Chutín, que no se llegó a reunir con nosotras y el miércoles nos entretuvimos demasiado tiempo en Masaya. Esta semana, última oportunidad. Aunque tampoco parece tan complicado, ¿no? Sólo está a 20 kms.

Por eso el sábado, para compensar de tanto trabajo, participamos en el acontecimiento social de la temporada: los 15 años de las mellizas Karina y Karen del Jabillo. Fue una fiesta por todo lo alto y siento desilusionaros, pero Chayo se lo paso pipa: empezó de fotógrafa; luego no paraba de saludar a gente, entre trozo y trozo de tortilla de patatas (muy buena, hecha por la hermana de Lolo, madre de las mellizas). Y hasta bailó y bebió guaro. Nos fuimos pronto, a las 12, porque pensábamos que luego nos quedábamos sin transporte, pero al día siguiente Marvin nos dijo que nos estuvo buscando para que le lleváramos el coche (y a él dentro), porque no andaba en condiciones de manejarlo. La vuelta fue con la luna llena iluminando los paisajes.

martes, 15 de abril de 2008

Y VA LA SIGUIENTE


El fin de semana nos perdimos una fiesta en la Pintada, para gran disgusto de Chayo (que sin embargo este sábado podrá asistir, por fin, por primera vez en su vida, a una fiesta de 15 años). Y aprovechamos un viaje del camión a San Jorge para ir a la playita del lago. Esto de las playas de agua dulce se hace un poco raro, pero no está mal. Baños, paseos, pescaditos y media vuelta.

Y los dos días del finde llueve por la noche. Más tarde nos enteramos que así florecen los corteses.

Durante la semana empieza ya a trabajar la gente de la zona, pasamos un día sin luz en todo el sur del país ni llaves de la casa (hasta la tarde), ponen la primera piedra del puente (el martes 8),
voy a una reunión de última hora en el ministerio donde nos dicen que ahora sí que nos dan el dinero, conocemos a un español que vive en Jinotepe y tiene una tienda en Nandaime, vamos a
una reunión de las comisiones de Cozosur
y sigo con el informe para presentar en Extremadura, las facturas, las gestiones con la Alcaldía y esas cosas.

martes, 8 de abril de 2008

SEXTA SEMANA:

El lunes es tranquilo de trabajo, el problema fue preparar a última hora la despedida de Ricardo. Finalmente nos fuimos a Nandaime, no buscamos en la Pintada y en los Jirones no encontramos nada en las tres tiendas. Bueno, cerveza sí. Y mientras nos atendían se oyeron unos ruidos, petardos parecían, a pesar de que la dueña se empeñaba en que eran tiros. Intentamos tranquilizarla y meterle un poco de prisa, porque si no la camioneta no nos esperaba, pero ella estaba nerviosa y asustada y no había forma. Cuando por fin salimos vimos que, efectivamente, un señor que iba detrás en la camioneta tenía una pistola, con lo que los ruiditos esos debían ser tiros de un borracho. Como la parte de adelante estaba ocupada nos fuimos a pie.

A pesar de todo la despedida estuvo bien: hubo bailes regionales, ibérico en abundancia, y varios amigos a los que conseguimos avisar.

Al día siguiente recogimos un papel del bufete de Masaya (de forma inesperada e inusualmente rápida) e hicimos todo tipo de visitas y gestiones en Managua: embajada, monjas, comida con Lina, café e información de primera mano sobre el MRS con Ana Margarita, dirigente del mismo; ISF, librería (donde Ricardo y yo nos descontrolamos), cervezas y conversación con Guachipilín, y cena con ellos y Marlen (por fin pudimos quedar con ella). Muy agradable y nos pusimos al día de la situación de Bolivia (ya sabéis que Gonzalo es boliviano). La vuelta se nos complicó un poco entre decidir cómo volvíamos y que el taxista encontrara la casa de las monjas con nuestra escasa ayuda. ¿Pondrán algún día los nicas nombres a sus calles? Llegamos a las 11 y media. Por la mañana dejamos a Ricardo en el aeropuerto y parece que llegó sano y salvo.

El resto de la semana pasé bastante tiempo solucionando diversos temas a los de Civing (la empresa constructora): conseguir la x de la alcaldía; conseguir varias veces la pala-retro de la alcaldía, pues cada vez que tenía que reincorporarse a la obra había que empezar de nuevo; conseguir otra pala-retro de alquiler; que avanzaran los trámites para la exención fiscal; hacer seguimiento de qué decide la alcaldía sobre nuestra propuesta de que nos den todo en dinero (infructuosamente, por cierto); arreglar el suministro de piedras. También seleccionamos a nuestra flamante administradora: Yamilé, la hermana de Rosalba. ¿Sorprendido Ricardo? Y asistimos a la reunión de las comisiones de Cozosur.

También hubo algún chapuzón en una poza cercana a casa.

Y dos sucesos lamentables: uno se que hemos perdido la cámara de fotos, no sabemos cómo ni cuándo. El otro no ha sido aquí, sino unos miles de kilómetros más al este: el velero de Imanol (o Gonzalo) ha perdido el palo mayor y tienen que volver de retirada, a Chipre, creo. Él no sabe qué hará después.

viernes, 4 de abril de 2008

Las fotos que faltaban

La reunión de la comisión de padres y madres de alumnos del instituto.

El encuentro con los egresados en pleno juego (en este caso se trata de una mezcla de palmera, elefante y no se sabe qué)


Chayo en plena batalla naval, que no es verdad que se pase todo el día trabajando como ella dice.

Y llega otro fin de semana

Después de la asamblea de estudiantes vuelta a casa asoleada, comida de arroz con pollo y arroz con pescado y descanso sestero. Lectura mientras llega Luis, que nos iba a llevar a unas cascadas. Por fin aparece allá a las 4 y media. Pero merece la pena la espera. Primero vemos un embalsito preparado por evangélicos y luego tenemos sesión de jacuzzi y chorros. Vienen también Bernarda y Coni, pero quienes mejor nos lo pasamos somos Ricardo y yo. También hacemos un poco de escalada.

Luego nos vamos a Nandaime a tomar unas cervecitas en un bar de allá. Y después nos vamos hasta el Jabillo para dejar a los estudiantes de sabatino. Paseo bajo las estrellas. A la vuelta tomamos la última en un bar del camino. Nos acostamos super-tarde: a las 11.

El domingo tenemos viaje de convivencia con los egresados (gente que ya acabó los estudios) al Astillero. Salimos un poco tarde (lo normal, más o menos) y empezamos con unos juegos (yo soy una palmera) y luego con la conversación. Después baño en el mar (aunque Chayo nunca descansa),

comida (nos falla el pescado) y vuelta al intercambio de opiniones. A mí me parece que marcha bien, que la gente expresa lo que siente sobre los distintos intentos de organización y actuación, de forma bastante realista. No se queda en ningún compromiso y nos vamos al estero, mientras en la mesa de billar tiene lugar EL RETO. Luis Manuel se ha acercado expresamente para jugar con Ricardo.

En el estero jugamos con unos troncos a echarnos unos tiritos, batalla naval, carrera de barcos y esas cosas que hacen los adultos cuando encuentran unas maderas en un laguito. Acabamos rendidas y vuelta a casa en el camión para acabar. Agotador el finde.